El héroe de las mil caras: el retorno

No me resultó fácil entender el concepto del retorno y por eso he tardado tanto en escribir esta última entrada. Por eso, y porque se me olvidó. Y ahora va, y resulta que ya hice un par de entradas sobre el asunto. Pero como eran acerca de dos casos muy concretos, haré esta porque es más genérico al Retorno.

No hay muchos ejemplos en el cine actual y, en la literatura, no los recuerdo, sinceramente.

A base de leer y debatir con compañeros de escritura, he llegado a ciertas conclusiones sobre qué es y  cuál es su propósito en el relato.

Un motivo por el que no lo entendía, era porque lo normal en la mayoría de las historias el héroe va a tal sitio, le dé un par de guantazos al malo, resuelva el problema y cada mochuelo a su olivo. Por eso, no entendía cuando Campbell dedicaba un montón de páginas para hablar de esto. Era como una subhistoria después de la historia. Y en cierto modo, así es. O no.

Creo que hoy día, lo del Retorno (lo voy a poner con mayúscula para que se note que es un elemento y no un retorno común y corriente), apenas se usa y si se hace, es de forma muy sutil.

Un ejemplo de Retorno muy obvio es en el Señor de los Anillos, cuando nuestros simpáticos hobbits, después de acabar con Sauron, salvar al mundo y todo eso, vuelven a La Comarca y se encuentran a Saruman y Grima como los nuevos terratenientes del lugar. Entonces, cogen y montan una revolución y acaban con el mago. Bueno, en realidad es Grima quien lo mata, pero da igual.

El concepto es que, en el Retorno, cuando se mata al malo, aún pasan cositas.

En muchos cuentos antiguos, definiendo antiguos como bastante anteriores a que yo naciera, la historia no concluye con la muerte del Villano. Este malo es parte del problema pero no el problema en sí. Es un obstáculo grande en el camino del Héroe en su objetivo, pero no el fin en sí mismo. Por eso, tiene sentido que en las historias clásicas de a lugar un Retorno.

Por ejemplo, en el Mago de Oz, matar a la bruja del Este no es el objetivo de Dorothy, sino regresar a Kansas. Pero para ello la lían para bajarse a la bruja, pero no es el tema principal.

Sin embargo, en la mayoría de las historias actuales todo gira en torno al villano, y, como una vez muerto el perro se acabó la rabia, pues ya estaría todo resuelto. Más o menos. Lo explicaré más tarde.

Lord of the rings: The return of the king (2003). ¿Hemos matado al malo? Pues a casa.

Entonces, ¿qué carajo es el Retorno?

En pocas palabras, es el camino de vuelta del Héroe cuando ha conseguido lo que tenía que conseguir. Es el regreso de Prometeo con el fuego para entregárselo al personal, es la vuelta de Dorothy tras terminar con  la bruja, es cuando los Hobbits echan a patadas a Saruman después de haber subido varios niveles, es salir por patas del castillo del malo antes de que se les derrumbe encima.

Para entender mejor el concepto del Retorno, voy a explicar las diferentes variantes del mismo:

El rechazo al Retorno.

¿Te acuerdas cuando, al principio de la historia, el héroe podía rechazar la llamada y no querer ir a matar orcos? Pues ahora podría ser que se encuentre muy agustico en el mundo mágico y no quiera volver al coñazo del mundo ordinario.

Frodo, después de todo lo vivido, ha cambiado de tal forma que ya no se ve capaz de volver a su vida normal en la Comarca, y por esto prefiere irse con los Elfos al Benidorm élfico (Elfidorm a partir de ahora). Rechaza el regreso al mundo ordinario.

Este punto podría ser un momento crítico del personaje. Si en ese mundo mágico es el rey del mambo, ¿regresar a donde es un mindundi? No gracias.

Podría no hacerlo, como Frodo, por supuesto, pero, si los cuatro hobbits se hubieran ido a Elfidorm nunca hubieran vuelto a casa y no hubieran liberado a los suyos del yugo de Saruman (o sí, porque como lo mata Grima, a lo mejor hubiera ocurrido igualmente, quien sabe).

Quizá este rechazo a volver a su mundo original sea el final de la historia, con el personaje teniendo nuevas y desopilantes aventuras, como le ocurre a Iñigo Montoya, tomando el reemplazo  para ser el nuevo pirata Rogers.

Si el héroe decide no volver, existe el Rescate desde fuera, en el que alguien va a rescatar al héroe de dónde se ha quedado, para traerlo de vuelta. Pero esto alarga el final y en los casos en los que lo he visto, es parte de la historia en sí  y no un apéndice.

The princess bride (1987). Iñigo Montoya (Mandi Patinkin), una vez cuplido su arco, ya no sabe que hacer con su vida, pero no quiere volver a su mundo ordinario tampoco.

El regreso con el elixir.

Esto es cuando el héroe vuelve al mundo ordinario a traer a los suyos alguna pirula que necesitaban o les habían robado, como el fuego robado a los dioses recuperado por Prometeo. Este tipo de cosas es muy frecuente en las historias más antiguas (quien dice un elixir dice una princesa secuestrada, las piedras de Sankara o cualquier otro McGuffin).

En otros casos, ese elixir puede ser lo aprendido, los retos superados y los demonios internos vencidos. Los hobbits regresan a la Comarca con veteranía y varios niveles subidos con los que enfrentarse al enemigo.

En La historia interminable (1984), Bastian es acosado por unos niños al principio de la película. Al final, vuelve a lomos de un dragón y los pone en su sitio. Esto es más frecuente de ver en ciertas películas, en las que un protagonista, inicialmente moñas y asustadizo, víctima del abuso de un superior regresa a su vida normal y le planta cara a ese jefe abusón.

Pero incluso en este caso, no debería ocupar otras cien páginas de libro. En las películas es apenas unos pocos minutos.

The neverending story (1984). Bastian (Barret Oliver) regresa a lomos de un dragón para al hacer bulling a los que le hacían bulling.

La fuga mágica.

En este tipo de fuga, tenemos dos versiones:

La heroína es ayudada por poderes superiores a escapar. En muchas historias mitológicas, especialmente griegas, los personajes principales suelen contar con el apoyo de alguno o varios dioses que les ayudan a escapar del peligro de última hora. Perseo tiene una cantidad absurda de objetos mágicos, por ejemplo. Quien dice mágico, dice tecnológico, como un halcón milenario esperando con la velocidad de la luz al ralentí.

Otra variante bastante cuca es cuando el héroe debe desprenderse de algún objeto mágico para poder escapar, bien para ralentizar al perseguidor, bien porque le entorpece o por impresionar a una sueca. Lo interesante de esto es que este acto puede representar la capacidad de sacrificio, el dejar algo valioso atrás para conseguir otra cosa más importante (escapar con vida o entregar a tiempo el corazón que necesitan implantarle al pequeño Timmy).

Una tercera opción es que esos poderes mágicos sean para dificultar la fuga del héroe incrementando la tensión de la huida.

La fuga.

Para nada relacionado con Bach. En este regreso, el héroe sale por patas porque algo le acosa. El clásico castillo, fortaleza, estrella de la muerte, bingo, donde ha tenido lugar la batalla final, colapsa. Por algún motivo, en el cine fantástico estos sitios se vienen abajo en cuanto sienten que su dueño ha muerto y los personajes deben huir para evitar las piedras en la cabeza.

En otros casos puede ser una carrera contrarreloj.

Return of the jedy (1983). Saliendo por patas de la segunda estrella de la muerte porque se les viene abajo.

Un malo rezagado

En ocasiones puede aparecer un último malo dando guerra. Generalmente suele ser un secuaz importante que aún quedaba por ahí. En otras ocasiones el villano en sí no estaba muerto, todo lo contrario; estaba vivo y vuelve a reclamar venganza. No obstante esta última batalla no suele durar mucho, y es más un remate.

¿Para qué quiero un retorno?

Esto, hoy día, con la manera de relatar las cosas, me resulta algo anticlimático por varios motivos:

  • Alargarlo todo con una minihistoria no viene al caso.
  • Si la batalla final, la apoteosis y el momento de alcanzar el nirvana es lo más cañero de todo, todo lo que se cuente después es de bajona. Y si no, el lector puede sentirse confuso con dos finales.
  • La historia ha terminado, ¿no? Pues déjalo. Una cosa es un epílogo y otra es más acción después de la acción.

Entonces, ¿por qué existe el Retorno?

Hay un par de conceptos a tener en cuenta:

Cambell analizó cuentos populares antiguos y mitológicos, muy distinto todo de cómo se hacen las cosas hoy en día. Ese tipo de cuentos eran más alargados y el estilo era diferente. Además, al incluir en su estudio relatos mitológicos, entran en juego varios elementos algo en desuso hoy día precisamente por estar muy trillados.

Por otro lado, el Retorno no aparece siempre, solo en algunos, no es algo que deba usarse porque lo ha dicho un señor. Lo usas si ves que tal, si aporta algo a la historia, si no, pues no. Como las especias en la cocina. De hecho, no todos los cuentos tienen absolutamente todos los elementos enumerados por Campbell. 

El Retorno es útil para evitar un final demasiado súbito, crear un último suspense de salida.

En Red Sonja (1985), tras matar a la reina Gedren (Sandahl Bergman) y acabar con el boloncho fosforito de la muerte mortal, el castillo se viene abajo y los protagonistas deben huir para evitar morir sepultados, incluyendo una puerta que no se quiere abrir. Esto ayuda a evitar un final «chim-pum». Es difícil de explicar, pero si no está, hay un vacío.

Red Sonja (1985) (Brigitte Nielsen). Un combate a muerte mientras el garito se derrumba siempre tiene más emoción. Luego, hay que salir de ahí.

En otras ocasiones puede servir para cerrar algún arco secundario. Según el manual de  escritura, cerrar arcos secundarios después del principal debe evitarse, pero hay casos en los que se hace de forma magistral, como en Con faldas y a lo loco (1959), cuya última escena cierra el arco de Jerry / Daphne (Jack Lemon), y se ha hecho tan icónica, que eclipsa al cierre canónico de la película (el beso de Joe y Sugar -Tony Curtis y Marilyn Monroe, respectivamente-).

Cuando se leen las variantes del Retorno, se puede ver cómo pueden ser en una historia en sí misma. Por ejemplo, cuando Cambell habla del Rescate desde fuera, pone como ejemplo la historia de Amaterasu, la diosa Sol de Japón (no la voy a explicar ahora), pero esa es toda una historia en sí misma y no el final de una. A ver, que sí, que es la continuación de otra cosa, pero es demasiado larga como para considerarla una parte de un relato tal y como lo entendemos ahora.

Según Vogler, el Retorno marca el principio del tercer acto y es un momento de crisis que pone al héroe en otro camino de aventuras, intriga y dolor de barriga. A mí, todo esto me encaja en un concepto de historia más antigua, en la que todo gira en torno a que el héroe consigue algo y salva a un pueblo o a alguien, donde enfrentarse al malo de turno es solo una parte de la aventura (como ya he dicho antes). Actualmente, este enfrentamiento final con dicho villano, suele marcar el final de la película (epílogo aparte), donde un héroe, tras haber dejado un camino de sangre y destrucción a su paso en su viaje de juez, jurado y ejecutor por decisión propia, descansa tranquilamente, tomándose una taza de café sin que la policía le ponga ninguna objeción.

Supongo que, conforme los tiempos cambian, lo hacen también las historias y la forma de narrarlas. Se adaptan a las necesidades del momento y determinados elementos se transforman, anulan o añaden.

No sabía que poner, así que aquí dejo un monete.

El Retorno no es un Epílogo, ojo cuidao.

El Retorno incluye acción, eventos, un «no se vayan todavía que aún hay más». Las aguas siguen alborotadas, el nuevo mundo está pataleando aún, un malo suelto sigue dando problemas. En otras palabras, aún hay cosas por solucionar. El Retorno hace falta de alguna manera, pero muy ligera. Evita un final demasiado brusco. Es una manera de salir de la acción, pero poco a poco. Es como cuando te despides de la gente pero sigues hablando tres cuartos de hora más en la puerta del ascensor.

El epílogo suele ser un pequeño apéndice al final de la historia en la que vemos como el nuevo mundo se asienta, las aguas vuelven a su cauce y se cierran cositas, pero poco más. Es una forma de concluir las cosas con cierto arte y sentido, decirnos qué les pasa a los personajes después de todo esto, si fueron felices y comieron perdices.

 Y ya está. No sé cómo terminar esta entrada, ya de por sí muy larga. Así que, buenas noches.

La promoción

Además de escribir entradas que nadie ha pedido, he escrito un libro de fantasía punk. Algunas de las historias en este blog están incluidas en él, mejoradas, revisadas y, posiblemente, modificadas. Así que si te gusta como escribo y mis cuentos, ahora es tu momento de tenerlo en físico y poder tocarlo, olerlo y lo que quieras hacer con él.

Un comentario sobre “El héroe de las mil caras: el retorno

  1. hola, creo que algo que destaca Campbell en esta etapa es como el héroe con el elixir nuevo (se lo que se sea) regresa a su mundo ordinario, es decir, a al lugar de partida, un ejemplo cotidiano sería irse de acampada o alpinismo durante cierto tiempo, y volver a nuestras casas hacer la rutinas normales, otra idea sería como ese sentimiento que tenemos algunas personas cuando regresamos de unas buenas vacaciones o cuando se va un familiar que estaba de visita, el cual había durado días o semanas en nuestra casa. Volvemos a nuestra rutina luego de haber compartido o hecho esas cosas que cambiaban nuestro día a día, ahora en cambio tenemos el recuerdo pero no las acciones.

    Dicho de otra manera es como volver al inicio con los recuerdos de una aventura, hay una anime que tenía esta premisa el retorno de los héroes sin embargo, como dices eso no se acomoda a la realidad y termino siendo otra aventura después de la aventura. Aunque el hecho de que el retorno no sea tratado con tanto énfasis, es porque las personas nunca volvemos a ser las mismas, nuestros planes no son para volver al inicio, estudiamos una carrera pero cuando terminamos no estaremos sin hacer nada porque hay que continuar capacitándose.

    Un ejemplo que se me ocurrió o como ilustra mi mente el retorno es lo que hacen los combatientes de guerras al volver, tienen que acostumbrarse nuevamente al día a día de una sociedad de la que ya no se consideran parte, el estrés, la constante alerta, algo así pienso que plante el autor, pero que acomodado a la planificación de una vida sucede bastante poco.

    Un saludo y sigue escribiendo que me gusta leer tu contenido, a pesar de que no tengo gusto por la lectura, tu has hecho junto a otra persona que motivado ese cambio sigue así.

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