Querido diario, dos puntos.
Voy a contar el segundo motivo del cuadro de los comedores de patatas, y mañana, sin falta, publico la historia de Caperucita Feroz.
Todo el mundo sabe que Van Gogh sufría esquizofrenia. Esto ha hecho que se haga vox populi que pintaba sus cosas y sus perspectivas distorsionadas por esta demencia, y muchos son quien lo consideran genio por esto.
Yo, como otras muchas personas, sufre depresión de forma intermitente; a veces no está y todo va bien. Pero a veces las oscuras golondrinas aparecen sin avisar y me hacen verlo todo negro, pierdo la energía, motivación y todo es negativo. Quienes pasan por esto saben lo difícil que es hacer cosas en este estado. ¿Cómo puede una persona escribir un relato cuando al mismo tiempo está pensando que todo lo que hace es una mierda que no vale para nada, que es un esfuerzo inútil? Incluso pensar es como ir cuesta arriba, porque la depresión es un parásito que te absorbe la vida y las ganas de despertar. Consume la energía y lo consume todo. Es como la Nada de «La historia interminable»
Aunque no tenga esquizofrenia, puedo, desde mi posición, entender lo difícil que pudo ser para Van Gogh continuar pintando a lo largo de toda su vida. Incluso estando internado continuó dibujando, con todas las movidas y desgracias por las que pasó. Quizá era lo único que le mantenía cuerdo, o le animaba. No sé porqué lo hacía porque no estaba.
Pero lo que pienso es que si Van Gogh fue un grande no es por haber pintado cosas y usar colores raros, sino porque continuó pintando pese a su esquizofrenia, pese a que no tenía un duro, y pese a no conseguir llegar tan lejos como otros pintores de su época.
Si este señor pudo continuar pintando con demencia, yo puedo seguir escribiendo con depresión.
Y si me equivoco en todo esto, me da igual, porque es lo que creo y, como concepto me sirve.
Agradable post… concuerdo contigo, Van Gogh pasó por problemas y fue estigmatizado por sus problemas, pero como siempre el arte era una vía de escape, una forma de desahogarse ( tal como cuando escribimos) de todas formas hay que pasar ante los pesares, reírnos de ellos y divagar junto a la locura. ¡Saludos!
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Pues sí. Gracias por comentar
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