Este relato pertenece al mundo Héroes di Palo.
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La Osamentada caminaba por uno de los miles de corredores que componían la laberíntica ciudadela de los dioses.
El suelo y paredes estaban compuestos por bloques de añeja piedra caliza amarilla, desgastada por un tiempo que realmente no pasaba por ahí ni para tomar café. Varias líneas de calaveras estaban colocadas de forma simétrica a ambos lados del pasillo octogonal. La iluminación de los candiles que colgaban del techo en mitad del pasillo era escasa, y creaba más sombras que luz. No había duda de que era el departamento de Muerte.
Aún no había puesto su mano en el pomo de la puerta de ciprés y ya podía oír gritos saliendo del despacho. Antes de decidirse a entrar, saludó con una leve inclinación de cabeza a otra Muerte que venía en dirección contraria, y entró en la sala de su superiora confiando en que los gritos no tuvieran nada que ver con ella.
La Novia Fiel estaba de pie, nerviosa y malhumorada, dando vueltas por un despacho tan poco iluminado como el pasillo y había tirado su silla al suelo. La superiora, la Entiznada, estaba sentada al otro lado de la mesa, con pinta de poco humor.
– ¿Pero cómo puede pasar otra vez? – protestaba la Fiel –. Todas las semanas la misma historia.
– Relájate – respondió la Entiznada intentando traquilizarla – . En esta Tarea no hay reglas estables y a veces las cosas son como son. Los Dioses del Guión son así, ya deberías saberlo a estas alturas.
– Ya lo sé, y cosas más raras he visto. Pero estoy hasta las narices del chaval este, jolín. Todas las semanas lo mismo. A ver si se deciden de una vez ¿se muere o no?
– A ti eso no te debe importar. Cumples con lo tuyo: vas, lo recoges, lo traes y quedas bien.
– Pero es que no sabes la cara que me ponen en el Limbo cada vez que lo llevo y el cachondeo que se llevan conmigo ¡Se ríen de mi! – se lamentaba – . Mira, creo que lo mejor será dejarlo estar y que se apañe por el mundo de los Mortales como fantasma.
– Vamos a ver, Fiel, compórtate como una Muerte seria, que ya no somos Espíritus del Bosque – replicó la Entiznada, nerviosa en su asiento.
– Paso. Que se busque otra Muerte. Ella puede ir – dijo señalando a la Osamentada.

– Perdona bonita pero yo… yo ya tengo mi faena – se defendió la aludida.
– ¡Novia Fiel! – protestó la superiora golpeando con las manos en la mesa –. Ya está bien. Además, sino vas a recoger a ese chaval tendrás que ir a por otro, y quizá te mando a recoger toda la Energía del césped cuando se lo comen las vacas.
– Me cae mal. No le entiendo una palabra de lo que dice, parece que tenga una polla en la boca.
– Osamentada, dile algo que a ti te hace más caso.
– A ver Fiel, es nuestra función – le dijo esta con suavidad cogiéndola por los hombros –. Si no tuviéramos que recoger las alma de los muertos no existiríamos, así que más te vale cumplir con tu razón de existencia si no quieres que te Cancelen.
– Eso mismo le intento hacer entender, pero ni por esas.
– Encima amenazas. Voy a por él, pero estoy muy disgustada. Como me toque las narices lo lanzo al Olvido y no vuelve más – sentenció dando un portazo al salir.
La Osamentada colocó la silla del suelo en su sitio y se sentó.
– Han vuelto a matar a Kenny, ¿verdad?
– Sí.
– Bastardos…
Dibujos «Catrina» y «Catrina» de madstalfos
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