En la entrada anterior hablé de que a veces, el héroe no le apetece volver con los suyos.
En el caso de la huída, el héroe no se lo puede plantear porque está más ocupado huyendo de la consecuencia de sus actos.
Por ejemplo, en el cuento de Hans y las judías mágica, le toca salir por piernas cuando el ogro lo descubre. Prometeo huyó con el fuego para escapar (sin éxito) de la ira de los dioses.
En ocasiones, conseguir el objetivo de la búsqueda no es el fin de la historia, sino que el héroe/ina debe escapar. Ya sea porque roba algo y su dueño legitimo lo persigue, o porque el lugar se viene a bajo.
En ocasiones, esta huida puede suponer toda una trama, con más consecuencias y peleas.
Esta huía puede ser otra manera de manifestar la nueva naturaleza adquirida por el personaje, poniendo a prueba sus capacidades.
En pocas palabras, esto representa que el personaje a conseguido lo suyo cabreando a alguien o causando unas consecuencias nefastas, lo que refuerza el carácter peligroso de la empresa que ha realizado.
En general, no hay mucho más que decir de esto
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