Creo que una de las cosas que tiene querer ser un artista es que me lleva a un autodescubrimiento y saber mejor quién soy.
El proceso de pulir y desarrollar mi propio estilo, lleva consigo el mirarme al interior, cuestionarme qué hago, cómo y por qué.
Quizá es porque soy muy analítico y le doy muchas vueltas a las cosas (según un test, soy INTP, cosa que me importa más bien poco porque no me parece algo objetivo y consensuado), pero me gusta comprenderme, especialmente cuando se dan incongruencias; de cara a mí mismo, no me valen las escusas de «me gusta porque me gusta».
Quiero saber qué es lo que me atrae de lo que me atrae, porque lo voy a usar queriendo o sin querer, y si no sé qué es eso que me gusta tanto, ni no comprendo el motivo, lo seguiré usando pero de una forma descontrolada.
Por ejemplo, una cosa que me atrae mucho son los edificios y construcciones. Cuando he querido hacer cosas en 3D o fotografía, me atrae mucho hacer castillos, casas medievales o naves intergalácticas. Pero cuando me pongo, pierdo el interés.
Esta es de esas incongruencias que me vuelven loco. ¿Por qué una cosa me gusta, pero luego no?
Analizando mis trabajos y los de otros artistas consagrados, como el fotógrafo Cartier Bresson, el cual tenía afinidad a la geometría, he descubierto que quizá lo que me guste no son los edificios en sí, sino su geometría: líneas, simetrías, ángulos, patrones… y es cierto. Me encantan los objetos simétricos, las líneas bien colocadas y las paralelas, curvas y esquemas que se repiten de forma coherente. Para mí, trasmiten una sensación de orden y claridad que me relaja. Es lo que me ha atraído mucho del art Decó, por las líneas tan organizadas, rectas y a la vez con curvas bien colocadas, todo muy organizado y limpio (además de porque me gusta lo vintage).
Y lo curioso es que siempre he pensado que no era así, por ejemplo, no me gustan los platos cuadrados, o las esquinas me sugieren lo opuesto a fluidez (no sé si hay palabra para eso), y cuando a veces dibujo cosas aleatorias, suelo hacer curvas y elementos tipo enredaderas, porque me resultan fluidas. Obviamente, una cosa no elimina la otra, simplemente me sugieren diferentes sensaciones más o menos agradables para el momento.
Creo que por eso perdía tan rápidamente el interés en los objetos, porque lo que realmente me gusta son los elementos que lo componen y no tanto el conjunto en sí, y cuando me centraba en el objeto, esa geometría perdía su protagonismo.
Ahora que sé que es eso lo que me interesa, puedo usarlo para otros propósitos, dirigir la atención de forma adecuada en una fotografía o en una descripción, para dejar claro lo que quiero trasmitir, y no limitarme a pensar en una imagen de luces y sombras como algo que me gusta, sino destacar esa combinación de elementos, tanto en fotos como en las descripciones al escribir.
Por eso, al considerarme artista, no solo debo saber qué me gusta y qué no, también debo comprenderlo hasta el origen, para entender cuáles son esos elementos de la naturaleza y el entorno que me van a influenciar en la manera en que expreso mediante la fotografía o la escritura, y que no sean ellos los que me controlen a mí de una forma caótica y caprichosa.
Y esto lleva aun conocimiento de mí mismo y saber quién soy. Por eso, desarrollarme como artista es una búsqueda y desarrollo interior (que Paulo Coelho me ha quedado esto).

Sabía que algo había.
También soy intp y al igual ando en la misma búsqueda. Lo descubrí hace unos 5 años atrás y déjame decirte que ha sido como Alicia, cayéndose por el túnel del conejo. Déjame saber cuál ha sido tu experiencia.
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Mi experiencia? Muy largo y complicado, pero en pocas palabras, es como caer por niveles, cada vez que esoty en uno, al final lo exploro, siento que me falta algo, sigo explorando y cuentro un nivel más profundo. Así, una y otra vez.
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