Análisis de villanos/as (parte 3, y última)

Esta es la última entrada de mi principio de análisis de los villanos y sus arcos. Si no has visto las otras partes, aquí tienes los enlaces a la parte 1 y la parte 2

El morbo de lo prohibido

«El club de la lucha»

Los malos tienen su encanto. Como ya dije en el principio, han sido el tipo de personaje que más me ha atraído.

Quizá sea porque son rebeldes y hacen aquello que está prohibido, mientras que los héroes se mantienen en el margen de lo aceptado y lo correcto por su entorno.

Pero lo que más me ha gustado siempre de ellos es que son proactivos; tienen un objetivo y van a por él. El héroe, en cambio, suele ser reactivo; reacciona ante el follón que el villano crea, intenta poner las cosas en su sitio, y suele ser un agente del orden establecido, y yo siempre he sido algo crítico con ese “orden establecido”.

En ocasiones, puede que comparta la ideología de ese villano/a, porque, especialmente hoy día, los villanos ya no son los típicos personajes que son malos porque sí, sino que tienen unas filosofías y conceptos que pueden ser, hasta cierto punto, comprensibles.

Zorg en “el quinto elemento”: la destrucción da sentido a la existencia a otros entes.

Sin embargo, en pro de educar con unos conceptos de moral adecuados y no enseñar a la gente que matar al vecino para devorarlo es aceptable, hay que recordar el lugar al que pertenecen: el ejemplo de lo que no se debe hacer. Por eso, lo normal es que los villanos hagan cosas unos pasitos más allá de lo que una persona normal haría, y hagan echar el freno a la hora de tenerlos como modelo a seguir. Y si aún así, se sigue queriendo ser igual a un asesino de masas, entonces ya estamos teniendo un problema.

Los objetivos de Thanos, asegurar una prosperidad a largo plazo, me parecen perfectos. La cosa es que eso de cargarse a la mitad de los seres vivos es un poco radical. Que pienso yo; si consigue tanto tanto poder, ¿no podía haber hecho que la gente se volviera más sensible al respecto del consumo de recursos, y ya? No. Lo suyo era un genocidio de proporciones bíblicas y en el proceso se carga a quien haga falta, y dejan claro que es el villano.

En “el caballero oscuro”, se muestra un Joker maravilloso, con una filosofía muy provocativa, que ensombrece a Batman, pero sus métodos, la manera de generar terror en las personas en ciertas escenas (a poco que tengas un mínimo de empatía humana), hacen que recordemos que es el villano y que no mola tanto.

Los villanos tienen que tener carisma, por supuesto. Tienen que generar tanto, o más, interés que los protagonistas. Un villano con unos motivos bien definidos y con sentido le dan un gran poder como personaje. Pero hay que recordar al lector/público que es el malo, y para eso, lo suyo es que haga cosas que están mal, sin lugar a duda.

Diferencias culturales

Kazuo Kiriyama, «Battle Royale».

Hay bastantes libros sobre los arcos de los personajes, o sobre la estructura de las historias, empezando por “el héroe de las mil caras” de Cambell, pasando por “the writer´s journey” de Vogler, o acabando por “creating character arcs”, de K. M. Weiland. Pero todos ellos tienen un detalle en común: pertenecen a la cultura occidental. Para ser concretos, a la anglogalopante (U.K. y U.S.A.).

Así que quisiera ahondar en este detalle.

Hay que tener en cuenta que casi desde el principio de la aparición del cine, hemos sufrido una invasión cultural cinematográfica norteamericana. La inmensa mayoría del cine que se ve en España es americano, y solo una pequeña parte es inglés o español. Cine de otros países queda relegado a casos minoristas.

Aunque a priori nos guste pensar, y según “the hero’s journey” de Campbell, que las historias son iguales en todas partes, diferentes culturas pueden, y tienen, diferentes valores y por lo tanto, diferentes mensajes que transmitir.

El estilo asiático, por poner el ejemplo ya que mucha gente está familiarizada, es muy distinto. Una de sus características es que hay escenas larguísimas, tanto en anime como en manga o cine. Esto es porque su forma de analizar los personajes y situaciones es diferente de la nuestra. Para ellos, los momentos cotidianos son un reflejo de la lucha interna y proceso de crecimiento interno de sus personajes. Oliver, de la serie “Campeones”, tarda tres horas en chutar porque en ese momento se dedica a analizar todos los pasos que le han hecho llegar hasta ese punto, se autoevalúa y nos muestra la importancia que tiene para él ese tiro a puerta; esa acción tan simple refleja su evolución y el significado que tiene para él fallar o acertar. Como dijo Jaime Altozano en su vídeo “Cambiando el espacio-tiempo”:

“Convertir escenas que durarían unos segundos en macromomentos. Donde podemos ponderar la vida, la muerte, el sexo de los ángeles, y nuestra infancia, en lo que un balón vota contra el suelo. Incluso estas imágenes sencillas se convierten en una ventaja; se hacen potenciadores metafóricos del mensaje…( )Y esto convierte al anime, más que en un medio en el que explorar la acción en sí, en un medio para explorar las dinámicas y las emociones humanas alrededor de ciertas acciones.  Y le da tiempo a encontrarse a sí misma, a tener una revelación trascendental y a abrir cuatro chakras por lo menos.”

Jaime Altozano

En el cine occidental, estas cosas no se hacen, porque nosotros exploramos esas trascendencias en momentos trascendentes. O mejor dicho, nos han enseñado a hacerlo así.

Ryuk, «Black Note». Que después de toda la que monta, diga «well, it was good while it lasted. We killed some boredom, didn´t we?», es de todo un campeón.

Una cosa que leí acerca de las historias de terror japonés, en el blog de Excentrya, es que muchas veces constan en una serie de eventos ajenos a los protagonistas, situaciones negativas de las que no pueden escapar, representando la inevitabilidad de la desventura que a veces la vida tiene. Esto es, que su forma de explorarlo no es tanto un arco de crecimiento del héroe como una carrera intentando salvarse del fatalismo sin llegar a evolucionar.

Como se puede ver, distintas culturas tienen diferentes conceptos y diferentes maneras de contar una historia, evolucionar sus personajes y, lo más importante, diferentes maneras de mostrarlo.

Así que no me parece justo ni acertado limitarme a lo que el cine o literatura norteamericano me ha inculcado. No solo porque sería limitarme de una forma salvaje, sino porque incluso dentro de esa limitación, es un cine que peca de repetirse hasta la saciedad, usa fórmulas que saben que funcionan (o eso creen), personajes repetidos con diferentes caras… Sería como basarme únicamente en las muñecas rusas para analizar el mundo de las muñecas.

En asuntos de lectura, sin embargo, la variedad cultural es mayor, es más común encontrarse autores de diferentes países, desde Koji Suzuki (“Dark Water” o “Ringu” -sí, las películas vienen de libros-) a Sapkowski (autor de “Geralt de Rivia”), esto es cierto y hemos podido ser influidos por mayor variedad.

No obstante, intentaré abrir fronteras y analizar villanos de diferentes culturas, a ver que pasa (mucho estoy intentando abarcar yo)

Los hermanos Dalton

Sobre villanas femeninas.

Al hacer este artículo, he estado buscando villanas femeninas, y me he encontrado con que hay pocas, y la mayoría son secundarias.

«Misery»

Elle Driver, de Kill Bill me gusta mucho, pero es secundaria. Bellatrix Lestrange es secundaria. Cersei está mezclada entre muchos.

De entre las pocas, me he encontrado a personajes de películas que no han creado secuelas, como la mama Fratelli de los Goonies, que es la jefa de la banda y una villana bastante potente; Annie, de Misery es también una bastante recordada. Incluso en Willow, la mala malísima reina Bavmorda, queda ensombrecida por el general Kael, con su casco de cráneo.

En la mayoría de los casos, las que son la principal, son personajes de películas basadas en cuentos (Maléfica). Me parece fatal esto.

Hay que ponerse la pilas en hacer villanas buenas, con carisma. Tendré que hacer Darth Mutters, Thulsa Duma y Jokeresas.

Conclusión

Tras estas tres entradas, voy a dar por finalizado esta presentación básica de conceptos con los que cuento, y a partir de aquí dedicarme a analizar malos y malas de películas para deconstruirlos. Podría hacerlo de libros, pero por supuesto me costaría mucho más trabajo en tiempo. Pero todo se andará.

Hellraiser

Y ahora, la promoción:

Una recopilación de mis cuentos, en Lektu. Descárgalo pagando únicamente de forma social (es decir, publicando en tus redes que te lo has bajado; a ti te sale gratis y a mí me ayudas a darme a conocer)

Historias.jpg

5 comentarios sobre “Análisis de villanos/as (parte 3, y última)

  1. Hola! Me ha encantado tu visión sobre „los malos de la película“. He de darte la razón, a tí y a Hitchcock, si el malo es un „buen malo“ la película será buena. Este tema da para libros enteros y tesis doctorales, pero no es mi intención :). Me tomo la libertad de decirte mis malos favoritos, tres de cada, para muestra tres botones, del gran muestrario de maldad que hay en el mundo del celuloide. De la maldad hecha mujer :
    -El personaje de Ellen Berent (Gene Tierney) en „Que el cielo la juzgue“
    -La enfermera Ratched (Louise Fletcher) en „Alguien voló sobre el nido del cuco“
    -Peyton Flanders (Rebecca de Mornay) en „La mano que mece la cuna“

    De la maldad hecha hombre:
    -Coronel Hans Landa (Christoph Waltz) en „Malditos Bastardos“
    -El niño Joseph de „Al final de la escalera“
    -Amon Goeth (Ralpf Fiennes) en „La lista de Schindler“
    No están todos los que son, ni son todos los que están. Pero, malos, son. Y mucho.
    Un saludo!. Y muchas gracias por tu post!

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