Querido diario, dos puntos.
Al haber pasado «Cuna de alimañas» a varias personas, me he puesto a releerlo y estoy viendo fallos menores. Son cosas de comas que no tocan o faltan, palabritas, frase que estaría mejor un poco de otra manera. Tonterías menores, pero que son puñaladas en mis corneas.
La primera reacción es querer quemar el libro, tirarme al tren y no volver a escribir en mi puta vida por inútil.
Pero luego pienso que, si soy capaz de ver esos fallos, es porque tengo un criterio (el que sea) y estoy a tiempo de corregirlo y mejorarlo.
Así que mi consuelo es que es mejor eso que creer que todo es perfecto y no ver unos fallos que están.