Querido diario, dos puntos.
Estoy escribiendo esto mientras windows realiza esa tarea titánica que es arrancar. Quizá lo de dar a on y que las cosas se enciendan es pedir demasiado, pero un hombre puede soñar.
En lugar de mi cafetería de confianza, he venido a otra cafeteria muy específica, con una idea en mi cabeza; I’m a man on a mission.
Hace una semana quedé aquí con la chica que me gusta a tomar un café (¿en qué momento me he convertido en la vecina rubia?), y hay un cuadro en el que aparece una palabra justo en el borde y está incompleta. La cosa es que al pasar junto a él, ella me dijo que si le añades una A más, es su nombre.
Así que he venido a arreglar ese cuadro, a poner la A perdida. Puede que sea algo incorrecto, pero nunca dije que yo fuera una buena persona. Además, si algún día, por lo que sea, me hago famoso, ese cuadro valdrá un huevo, asi que, hasta le hago un favor.
Y mientras espero a que no haya nadie a la vista y que windows le de por funcionar, aquí estoy, escribiendo esto.
…
Por fin windows arrancó el archivo de texto.
He escrito un poco, no mucho, porque entre arranques y sabotajes románticos, me he bebido el large-soya-latte-nofroth-please antes de escribir nada. Además, quería ir a hacer otras cosas.
La cuestión es que me he dado cuenta de que me he metido en un jardín. Resulta que quiero poner una cosa argumental para que luego derive en algo importante, pero no sé como colocarlo. Mi primer idea era que pasara el evento catalizador, pero es meterlo con calzador y extenderme de una forma absurda. Creo que lo mejor es que ese catalizador ya ha ya pasado y sencillamente lo recuerde. Lo probaré de todas formas, y a ver como queda.
Como no he podido hacer mucho en la cafetería, más que nada por haberme ido corriendo después del sabotaje, esta tarde seguiré con eso.