Querido diario, dos puntos.
Mientras reescribía «Historia de un mago cretino», he llegado a la conclusión de que algunas de las partes no van a ningún lado, así que lo mejor es mandarlo todo al cuerno. De hecho, toda la novela entera es carne de hoguera, y me toca rehacerla. Respecto a los trozos que sobran, no están del todo mal, pero no están relacionados con la trama; son solo cosas que les pasan a los personajes (generalmente los secundarios) que no están relacionadas con nada.
Así que en lugar de sacrificarlas a algún dios primigenio, lo que voy a hacer es desarrollarlas como relatos cortos independientes. Juntaré estas historias con otras que ya tenía para que se hagan compañía y publicaré un libro de relatos cortos de ese mundo de alta fantasía.
A esto le veo una serie de ventajas:
- No pierdo esas partes que he quitado y me siguen gustando.
- Puedo introducir ciertos personajes a los lectores a través de estas historias centradas en ellos.
- Introduzco también el mundo, de forma que, para la novela, no necesitaré explicar muchas cosas y no tendré que marear la perdiz, especialmente las razas.
- Al publicar otro libro, ya tendré otra muesca en Amazon y podré ganar más dinero.
He juntado todas las historias en una carpeta y ahora me toca repasarlas y organizarlas para dosificar la información del mundo de forma que sea más subliminal que directa. La intro, seguramente será la misma que la que tengo pensada para «Cuna de alimañas», o más o menos.
Iré llevando el diario del progreso, lo que me encuentro (algunas historias son muy antiguas y no recuerdo ni de que van) y cómo voy sacando el tema adelante, sin acabar en la depresión total cuando me encuentre cosas raras. Quizá a alguien le pueda servir de ayuda o, al menos, curiosidad.