A veces, siento que algo está detrás de mí.
Noto su mirada clavándose en mi nuca, observándome con impaciencia.
Intento ignorar esa sensación. Intento controlar mi cuerpo para evitar que las manos me tiemblen y continuar con lo que estoy haciendo. Quiero pensar que si no le hago caso, se irá.
Pero no lo hace.
Pasan los minutos y su presencia continúa ahí detrás, imperturbable, inamovible. Observándome, su mirada sobre mí.
Me parece que oigo algún sonido gutural con la intención de atraer mi atención, de hacer que me gire, pero no quiero. Debo centrar mi atención en lo que estoy haciendo y así poder ignorarlo.
Los nervios van creciendo y mi respiración se acelera hasta que no puedo soportarlo más y entonces, me giro para encarar lo que sea que hay detrás de mí.
Efectivamente; ahí está. Mirándome fijamente, con una expresión de profundo desagrado en su rostro.
— ¿Sí? — le digo.
—Un cortado —responde, molesto por haberlo hecho esperar más de diez minutos.
No tengo más remedio que dejar el inventario a medias, perder la cuenta y hacer el puñetero cortado al cliente. Así no voy a poder terminar nunca.
—
Si te gustó esta historia y las quieres todas, ¡TODAS!, puedes conseguirlas gratis en formato digital aquí, o aquí.
¡Qué groseros! 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Y cansinos
Me gustaLe gusta a 1 persona
Mucho.
Me gustaLe gusta a 1 persona
ya te digo chaval, mas que un grano en la punta del..¿?
Me gustaLe gusta a 1 persona
Jajaja estuvo bueno y el peor de los casos es que así es en muchas partes xP
Me gustaLe gusta a 1 persona
Jajajaja estuvo muy bueno me hizo soltar una carcajada xD lo malo es que ese tipo de actitudes ya son muy comunes xP
Me gustaLe gusta a 1 persona