Lo he dicho siempre y a todo el mundo: la creatividad es como cagar.
No puedes forzarlo, lo mejor es relajarte y ya saldrá. Cuanto más te obcecas, menos saldrá algo decente, y lo único que vas a conseguir es reventarte una vena del cerebro.
Como el sexo; la mayoría de los problemas de disfuncionalidad eréctil son cosa de coco.
Para parir ideas, el proceso es similar a defecar. Analicemos el proceso:
Cagamos porque es el resultado de una digestión, la cual se realiza porque hemos comido. Así que cagar es el resultado natural de ingerir alimentos sanos.
Pues la inspiración es lo mismo. Si nos pasamos la vida encerrados en nuestro cuarto, esperando que nos vengan ideas brillantes a base de buscar caras en el gotelé, es como encerrarte en el cuarto de baño durante días y frustrarte porque no sueltas nada.
Hay que alimentar la mente. Salir, leer, ver películas, documentales, hacer actividades, hablar con gente… Muchas de las ideas que he tenido se me han ocurrido en una conversación, y muchísimas, mientras trabajaba y/o escuchaba música. Excepto una o dos, ninguna ha sido porque me he puesto y he dicho «voy a tener ideas». Ni si quiera para los artículos del blog, por eso soy tan poco consistente con las publicaciones.
La idea para la historia «caperucita feroz», se me ocurrió andando por un parque mientras hacía tiempo para entrar al trabajo. Me vino de golpe. Luego ya la estuve trabajando y dándole vueltas en el trabajo. Y la de «tormenta», mientras intentaba hacer la siesta escuchando sonidos de lluvia.
Para ser sinceros, muchas de las ideas se me ocurren pensando «molaría que alguien hiciera una película sobre…». Luego recuerdo que escribo y yo puedo hacer esa historia.
Con esto no digo que no aparezcan sin buscarlas. Por supuesto; cuando he querido presentar algún relato para un concurso o un taller, me he tenido que poner a pensar. Pero repito: encerrado en un bunker no me ayuda. Y si no me he molestado en llenar la nevera de información, si no tengo nada dándome vueltas, al final lo que consigo es un refrito o algo muy forzado.
A veces me tiro tiempo sin tener nada que publicar, y en otras ocasiones se me ocurren montones. Todo depende de mi estado de animo y en lo que tenga la cabeza ocupada. Y no me presiono ni me meto prisa; ya saldrá. Al fin y al cabo lo de publicar de forma regular es una regla que alguien se ha inventado para conseguir seguidores.
Cada vez que pienso en eso, en que igual debería ser más serio con el tema de publicar de forma regular, me acuerdo de cuando martes y 13, el grupo de humor, solo hacían el programa en fin de año. ¿Hacía eso que perdiera el interés? Al revés. Lo esperaba como… como… como algo que solo pasa una vez al año.
Pues lo mismo. A quien le guste mi blog, lo que digo y cómo lo digo, no le importará esperar un poco. Y si alguien deja de seguirme porque no publico cada semana… bueno, quizá no le interesa tanto lo que digo como el tener algo con lo que entretenerse un rato.
Por cierto, si buscas algo con lo que entretenerte en los ratos muertos, mira esto.
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