Cuando el personaje recibe la llamada a la aventura, en realidad, lo más frecuente es que su primera reacción sea la de negar la mayor. Se está muy bien en la zona de confort, muy agustico, y no apetece adentrarse en lo misterioso y desconocido, por mucho que uno esté hasta las narices de la monotonía.
Esta parte del crecimiento del personaje, y parte de la historia, es lo que Campbell llama El rechazo de la llamada.
Pero con esto, Campbell, no se limita hablar de que un personaje está asustado frente al cambio, sino que se adentra más en el tema, y lo analiza de una forma casi psicológica.
El personaje, en su negativa a irse a desfacer entuertos se encierra en su mundo ordinario, en esa vida que ya no le satisface y, como tal, se convierte en un prisionero/a de sí mismo/a y en una víctima que debe ser salvada.
La mayor parte de las veces, esto ocupa poco de la historia, y no tiene más interés que un momento en el que el personaje se replantea la vida para acabar haciendo lo que todo el mundo espera (solo hay que carbonizarle a los tíos para que decida hacerse Jedi). Pero en otros, la negativa abre una puerta a un infierno personal.
La aventura necesita del personaje, pero como este no acude, la historia sigue acosándolo con llamadas y señales. Pero estas, como son evitadas, se convierten en un tormento que lo amarga y degenera. Los mismos elementos que están ahí para facilitarle el avance y la transición, se convierten en pesadillas.
En “El protegido”, el destino de David Dunn (Bruce Willis), es la de ser un protector. Pero decide llevar una vida normal, lo que hace que, poco a poco, esta vida se marchite y termine en que su vida en general (representada por su relación matrimonial) le parezca un sin sabor, y pierda el interés. Pero cuando, al final (ya que la película es en sí un primer acto) acepta ser lo que es, todo fluye, y su vida, vuelve a relucir y a cobrar vida.
En algunos casos, estos personajes atormentados por su negativa a aceptar su posición en la historia, se convierten en trama en sí misma e incluso en el objetivo a ser salvado de otros.
Sin embargo, como dice, en ocasiones, resistirse a zambullirse en el mogollón, oculta en realidad una preparación previa. El personaje debe hacer aún un acto de introversión y maduración personal, convertirse en algo nuevo, aunque no definitivo, para poder aceptar la llamada y emprender el camino que le impulsará a convertirse en lo que está destinado a ser. La negativa inicial, en realidad, oculta una actitud de reserva y evitar de ir a lo loco. Se prepara para actuar de forma pura y consciente de lo que se está haciendo.
La longitud, y repercusiones de esto, es cosa de la historia. Como he dicho, puede ser un capítulo o ser todo el argumento de una primera parte de una saga.
En realidad, Campbell, a diferencia de muchos otros autores/as, no da reglas fijas. Son conclusiones que ha sacado a base de analizar historias de todas las culturas y la mente humana.
Si tienes miedo de morir, y te resistes, ves demonios arrancándote la vida. Pero si estas en paz, los demonios son en realidad ángeles que te liberan de la tierra. Es solo la manera en que los ves.
-La escalera de Jacob.
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